viernes, 5 de marzo de 2010

Milagro en el Bar Unión - Daniel Salzano

Ella está triste y él está solo en el Bar Unión.
Afuera el agua cala los huesos del corazón.
Él pide un wisky Caballo Blanco, para empezar;
(a él los caballos lo ponen siempre sentimental).
Prende un cigarro y hace un anillo de colección,
el humo viaja camino al techo del Bar Unión.
Ella entretanto piensa en el dandy que la ha dejado,
un tipo duro de ojos azules que era casado.
Mira su cara en el espejo con aflicción.
Sino lloviera tal vez saldría del Bar Unión,
pero se queda porque prefiere para el dolor
la luz espesa color de luna que da el neón.
Ella está triste y él está solo en el Bar Unión,
afuera el agua cala los huesos del corazón.
Dios toca el piano y el segundero en el reloj
hace rayitas con alfileres en el dolor.

Pero volvamos donde dejamos la narración.
Ella está triste y él está solo en el Bar Unión
él pone un disco de Ray Barreto en la vitrola,
va hacia la mesa donde ella llora porque está sola.
No dice nada, corre la silla, saca un pañuelo,
ella lo acepta, alza los ojos, se arregla el pelo.
Él hace señas, pide dos tragos pa'continuar,
(a él los caballos lo ponen siempre sentimental).
Caballo Blanco para la dama y el caballero,
afuera sigue hachando el aire el aguacero.
Parece un cuadro pidiendo a gritos exposición
los solitarios, color de luna, bajo el neón.
Dios cierra el piano, se pone el saco, cruza el salón,
se va a la calle y sale volando del Bar Unión.
Algunos bares parecen hechos a la medida
son como besos que hacen milagros en las heridas.

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