viernes, 24 de septiembre de 2010

Lo que es difícil - Aazam Abidov

¿Hacia dónde fluye la corriente del río?
¿Qué aguarda para el río al final?
¿No gemirán las ondas de este río
Cuando se hunda entre la arena?

Río, tus aguas son turbias
Pero tu alma no lo es.
Y sin embargo, lo que es difícil
Y más grave
Es fluir y no saber hacia dónde.



Traducción del uzbeko: Andrea Cote

Música universal - Aazam Abidov

El hada y yo
creamos una música universal
de las hojas y las plantas,
de los escarabajos y las hormigas
del cuadrado y el cono
y del cajón y la caja.
Todos lleno de materia
con qué hacer la música universal.

Las aves toman la música
que estaba impresa
primero en sus redes,
la calientan y hacen una tuna.
Luego la ponen en sus alas
y la dispersan a través del mundo.

Las otras hadas esperan pacientemente
Por su turno.
Nosotros creamos una tonada universal,
Hacemos escuchar la clave del corazón.



Traducción del uzbeko: Andrea Cote

Escribo – Aldo Luis Novelli

Escribo sentado a la mesa
cuando exhaustas las sombras
duermen su sueño obscuro,
rodeado de cadáveres de humo
alumbrado por un osram de 60
hurgando por dentro las arterias,
despeñándome por lo que existe
en el instante se ser nombrado.
Pero sé que no estoy solo,
hay un ser escondido a mi espalda,
hay otra voz que me tortura
en los bordes pulsantes de mi cabeza,
hay un monstruo igual a mí
asustado y perplejo
detrás de mi sombra.

Del libro “Camino Cansado entre Cuerpos"

Los días preferidos del viento - Iris Alejandra Giménez

los días domingos son los preferidos del viento
los días melancólicos son los preferidos del viento
los días vulnerables son los preferidos del viento
los días soñadores son los preferidos del viento
los días sin esquinas son los preferidos del viento
los días distraídos son los preferidos del viento
los días frente al mar son los preferidos del viento
los días sueltos son los preferidos del viento
los días desamarrados son los preferidos del viento
los días despejados son los preferidos del viento
los días celestes son los preferidos del viento
los días abiertos son los preferidos del viento
los días incesantes son los preferidos del viento
los días con árboles son los preferidos del viento
los días consonantes son los preferidos del viento
los días con caras son los preferidos del viento
los días tangibles son los preferidos del viento
los días probables son los preferidos del viento
los días desordenados son los preferidos del viento
los días irritables son los preferidos del viento
los días despojados son los preferidos del viento
un día cualquiera es el preferido del viento
los días miserables son los preferidos del viento
los días resignados son los preferidos del viento
los días interminables son los preferidos del viento
los días interminables son los preferidos
los interminables


/


aún no estoy preparada para buscar moraleja
el viento sopla fuerte
y no permite a las metáforas convertirse en algo para decir


Con autorización de la autora, http://www.lugarnecesario.blogspot.com/

Poemas de “Canto a mi pueblo (2003) - Antonio J. Cruz

IX

Un patio
donde moraban tres limoneros,
algunos naranjos
y la higuera.
Un paisaje de viento...
Siempre viento.
Las mandarinas de junio
y los nísperos de octubre
y la primavera escondida
en las flores de los paraísos.
Un patio donde la luna
se repetía en la pìleta
y el rumor de la noche palpitaba
entre las hojas misteriosas
de la parra.
Un patio...
Ese mismo patio
que reverbera en mi memoria
y se deshace en pesadumbre
y sentimiento.


X

Padre,
no necesito mucho
para nombrarte.
Apenas unas cuantas cosas:
Un mameluco verde con olor
a petróleo
o la caja de viaje
preñada de tesoros.
Quizás la bicicleta
o la sonrisa
siempre a flor de labios
y este recuerdo azul
que me acomete
cuando digo tu nombre.

XXV

Madre,
no escribo poemas
por encargo,
te dije.

Ahora,
que ha llegado el instante
de cantarle al paisaje
que abandoné en mi travesía
por la vida,
debo decirte que añoro
todas aquellas cosas
tuyas.

Tus clases en la escuela
de La Esquina,
aquella que tan solo
era un rancho de barro.
El guardapolvo blanco
siempre bien planchado,
el olor del pan de los domingos,
las monedas,
clandestino tesoro quitado
a la pobreza,
o tus manos amorosas
arropando mis inviernos

Ahora, tan solo ahora,
me doy cuenta
que las madres hacen todo
con el alma en la mano
y el corazón erguido
y nada de ello lo hacen
por encargo.

Óleo de tarde de lluvia - Antonio J. Cruz

(Tarde de otoño a orillas del río Lules en Tucumán)
Gris oscuro en el cielo. Terciopelo
ceniciento en las nubes diseñadas.
Pátina gris en tarde clausurada.
Gris sobre gris, pincel, pintor. Desvelo

de tarde gris sobre borroso anhelo.
Agua mansa del cielo y ondulada
agua de río. Sierpe encadenada
a memoria, nostalgia, desconsuelo.

Prófugas gotas. Río fugitivo
en la tarde. Memoria en la ribera,
de otra lluvia, otro río y otra espera.

Llovizna gris sobre árboles altivos.
Mansa el agua del cielo. Sensitivo
pincel. Pintor pintando una quimera.

Poemas de “AIRES DEL NOROESTE” (2005)

Cafayate - Antonio J. Cruz

Esta mañana,
me despertaron los bronces
que se repetían en los cerros.
Convocaban a cumplir con los rituales
de la primera misa.
Más tarde,
por las calles de Cafayate,
estallaron las voces del silencio
y yo expulsé mis ángeles oscuros.
Entonces supe lo que es estar cerca del cielo.

Poemas de “AIRES DEL NOROESTE” (2005)

miércoles, 22 de septiembre de 2010

I. La ropa de mañana - Bruno di Benedetto

Es primavera.
La cuerda bien tensada.
Trapitos al sol.


La vieja ropa
retorcida por el cuello:
caen, caen las gotas.


Rastros de jabón
en esta ropa oscura:
fregar de nuevo.


Cantar y coser.
Atar el hilo de agua.
Soplar botellas.


Manchas de sangre
en la sábana usada:
o amor o crimen.


Un calzoncillo
está perdiendo color.
Mala calidad.


La toalla seca
recuerda el agua clara
de la desnudez.


Las medias cuelgan,
las vence la humedad.
Dos no son un par.


Un repasador
bien repasado de sol:
la boca seca.


El pulóver chorrea
agua negra en el jardín.
Mueren hormigas.


Gran agujero:
la polilla no deja
pecho al abrigo.


Qué buen charquito
bajo las ropas al sol:
el tiempo pasa.


Un hombre cuelga
la ropa que no sabrá
usar mañana.


De la serie Haiku, Dejar el tendal
Con autorización del autor, http://bruno-dibenedetto.blogspot.com/

La mujer del parque – Aldo Luis Novelli


Aquella mujer del parque
blanca y pálida,
que siempre me espera
está jugando a las estatuas.



Del libro “Escombros"

certezas - Iris Giménez

Como tantas otras veces
espero
sedante temporal
mientras mis cuencas manos dicen
de la duda y la calma
Mas estás en mí, agüita
esqueleto de lluvia
y todavía te tengo

Con autorización de la autora, http://www.lugarnecesario.blogspot.com/

lunes, 20 de septiembre de 2010

El gato en España 8 - Rubén della Sera

El gato recuerda cómo era:
la previa del aguante,
cuatro columnas, una escalera,
la puerta al final del pasillo.
El cuarto de ella,
y la bandera aborrecida
pintada sobre la pared
que de pura magia se le hace ternura,
si él nunca fue un tierno.
Dientes pequeños
dentro de una boca que le señala:
“Haceme tuya, gato”
y el pelo brillante, castaño,
debajo del ahora rubio ajeno
él lo sueña despierto, claro que sí.
¿Puede, ahora? No, el gato
no quiere pasar otro nivel.
El mundo que espere
los compromisos se disuelvan
ahora son…
No, otra vez no,
es que ahora no son ahora
fueron ahora, pero tan cerca,
tan encantadoramente cerca,
que al gato le parece
que puede deslizarse esos tres pisos
para que ella le cante
una de los Beatles

SOÑANDOSCOPIO - Ricardo Giorno

Percepción blanda.
Inmunidad sensorial.
Despeñadero sensual.
Oído mudo en una esmerilada visión.
Blanco, Blanco. Blanco.
Un zarcillo que se desarrolla.
Una cara. Dos.
Una pintura vaga, casi atrapada.
No se respira. No importa.
La dispensa sensorial,
que no es exenta a la vaguedad del entorno.
Un lienzo ondulado,
que se descorre para descubrir percepciones blandas,
inmunidades sensoriales,
despeñaderos sensuales.
Una vida anterior.
Una figura que ya estuvo.
Un viaje incontrolable.
Un pozo de agua. Profundo. Inalcanzable.
Un giro completo que no se da.
Acercarse, indefinidamente, sin llegar.
Cambio. Un río.
Claveles que susurran su no-color.
Sin movimiento.
Sin pies.
Continuar acercándose.
Succionamiento sin resultados.
Lo cerca es cada vez más lejano.
No poder absoluto.
Irrealidad realizada en cómodas posiciones.
Desnudez. En la calle.
Cambio.
Pugna.
Cambio.
Descenso.
Un vaso con líquido que se vuelca y no se vacía.
Más descenso.
El sol que se oculta detrás del sol.
Deslizamientos de porciones visibles.
Gomosidad instaurada.
Olvido cómplice.

sociedad de consumo - Antonio J. Cruz

sociedad de consumo

Distraído, camino distendido
entre estantes y góndolas colmadas
de envases y de cajas saturadas
de jabones y arroz. Como al descuido

sumo y resto con ímpetu; aguerrido
especulo con precios, derramadas
las horas en secuencia encadenada
de consumir. Espíritu aterido

por multitud de bolsas. Desmesura
de sociedad; perpetua cobardía
de consentir las reglas de este mundo.

Fideos, caldos, pan y la ventura
de continuar de compras cada día
aunque la historia acabe en un segundo.

Poema de: “POESÍA COTIDIANA” (2006)

el rojo fruto ovoide - Analía Pinto

el rojo fruto ovoide
mora en su suave y delgada pulpa

sus flores púrpura pálido
me recuerdan pequeñas ciruelas
que hubiera atesorado antes en mis manos

el rojo fruto ovoide reposa
glabro, caedizo, pardo al madurar

inflexiblemente erecto se pasea
deja al descubierto
mi torpe sutura vegetal

el rojo fruto que me alimenta
a la vuelta cóncava de los días

el que tanto se parecía
a la oblonga permanencia
de sus estigmas

Siempre amamos a un hijo de puta - Analía Pinto

Siempre amamos a un hijo de puta
a un cerdo que nos lame impúdico el corazón
que nos parte
con sólo mirarnos
que a mansalva nos pervierte
con las puercas dentelladas
de sus manos sutiles

Amamos siempre a un hijo de puta
a un reverendo hijo de mil putas
un bruto repugnante
una bestia salida y desaguada
que se abre de piernas
ante nuestros viles encantos

Amamos el corazón más frío y perverso
el que sólo late cuando nos alejamos
el que nunca se va a enterar
de cuántos cuernos le metemos
sólo por despecho
(y nada más)

Siempre amamos a un hijo de puta
al conchudo más bello
al truhán más peligroso
al estúpido que cree tenernos
en la palma de sus manos
mientras nosotras
—sublimes—
le cortamos los hilos

"Era una mujer de trenes" (MARÍA EUGENIA CASEIRO) - Analía Pinto

de sus ojos nublados partían los andenes de todos los destierros

entrelazados a su cintura, los guardas se mareaban y pedían boletos, pases y abonos

en los durmientes del pelo un hombre siempre se perdía sin pedir auxilio

bajo sus axilas sonaban chicharras y campanillas, vagos anuncios de partida


a las cero y quince sus piernas remontaban el paralelo del viento

en su nuca la casa del jefe de estación se amodorraba bajo una parra rumorosa

a las diez y cincuenta y siete sus manos daban vía libre a los vagones de carga del cuerpo


en lo profundo de su túnel, dos niños miraban pasar las estaciones con el asombro del vértigo


Mención de Honor en el II Concurso de Poesía y Cuento Breve del Grupo de Escritores de los Malos Ayres (2009).

sábado, 18 de septiembre de 2010

Partes del todo – Aldo Luis Novelli

Allí, en cada parte
se encierra el todo,
en cada molécula de lluvia
se lee el próximo diluvio,
en los cerrojos oxidados
el azufre y plomo de la soledad,
y en esa ínfima parte de tus poros
se ocultan las caricias
que nos prohibimos.

Del libro “Camino Cansado entre Cuerpos"

Tengo - Gonzalo Salesky

Tengo sueños que me llevan lejos tuyo,
tengo fantasmas que tiran hacia atrás.
Tengo realidades que me aterran, y
pesadillas que no quiero recordar.

Tuve un destino antes de conocerte,
tuve un sendero que corté por la mitad.
Tengo mi sombra que sueña con perderse
y la señal, fugaz, de mi final.

Una tristeza gris que no me deja,
que advierte que la vida no es así.
Por culpa de mis dudas y tus miedos,
me siento obligado a desistir.

martes, 14 de septiembre de 2010

niebla - Héctor Ranea

aunque decirlo suene arbitrario
,
debo
confesar
una
apenas
liviana
preferencia por la niebla
.
de las artes prefiero
esa pantalla
leve
entre
lo que es y su sombra
,
entre
la luz y la pesadez
,
entre
lo que vive y lo que se mueve


de: artes y oficios elementales

La otra orilla - Ada Inés Lerner

¿Por qué te quedas allí del otro lado
en medio de un muro de fantasmas?
¿Por qué no me alcanzás con tus manos de arcilla?
soy yo quien rasga un grito por tu noche

No te quedes allí, del otro lado,
sólo soy yo en este espacio de la tarde
y si no voy, si no me sumerjo en tu mar
¿dónde soñaré con otros tiempos y sus cosas?

No temas siquiera el riesgo de dejar la orilla
porque en la tarde, y en parte de la noche,
en las profundidades, está el infinito placer
de disolverse, exponer devaneos y vehemencias
a intervalos de largas ternuras

(Si podemos navegar en un eterno presente
¿para qué volver?)

No te quedes allí, del otro lado en este tiempo
yo soy posible
ocupo una materia que me embarga
que me recuesta en tus sombras
que me proyecta en tus ecos varoniles
mientras
ese pretexto me adicta a la vida
a la vida que busco
hasta que el eco se convierta en tu voz
y me haga señas
y me dé vueltas


Tomado del blog: http://decuentosypoemas.blogspot.com/

Giro tétrico - Jimena Arnolfi

sentí que él estaba en la cama,
yo durmiendo de costado,
él del otro lado, atrás mío,
apreté los ojos para seguir sintiendo
el peso de su cuerpo en el colchón,
la respiración entrecortada en la nuca,
los pequeños temblores en la espalda,
la cama como un tetris perfecto,
las dos piezas faltantes,
las últimas, las decisivas,
0º, 90º, 180º, 270º,
pedir a gritos una etiqueta que diga frágil,
pedir a gritos una cinta policial de contención
que nos cubra, que nos junte,
por si pasa algo, por si acaso,
por si caemos antes de tiempo,
0º, 90º, 180º, 270º,
el jugador no puede frenar la caída,
tan sólo decide su giro,
siempre a punto de caer,
con el poquito placer que da ganar y perder,
la pieza que encaja perfecto,
la pieza que cae, la pieza que gusta
porque se va, porque no vuelve,
0º, 90º, 180º, 270º,
la línea horizontal se completa,
desaparece,
todo lo demás está de más,
retrocedemos un casillero,
ganamos el bonus o una vida extra,
perdemos piezas, llegan otras,
0º, 90º, 180º, 270º,
me caigo, te caes,
nos caemos, caen otros,
esta es la parte que te gusta,
soy comprensiva, como todo culpable.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Extraños conocidos - Claudia Isabel Lonfat

Se miraron un segundo
como dos desconocidos… (J. Sabina)

Se retorcieron ardientes
en un virtual abrazo de emociones
se tocaron con cada mirada
en una salvaje caricia estrellada
se fracturaron en múltiples deseos sostenidos
entre la aguardiente saliva sin destino
y el inescrupuloso silencio de palabras
Ardidos de sed/
prendidos a la nada
se miraron un segundo, frente a frente,
como dos desconocidos.

Tomado del blog: http://www.laperladejanis.blogspot.com/

En el rincón - Javier López

Me detuve a contemplar una vez más
el espejo que devuelve pensamientos
y paisajes que nunca han sido ciertos
criaturas esculpidas sobre piedra
vivencias imposibles que se ven
como una nube tenue
con símbolos iconos y figuras leves

Me detuve a contemplar otra vez más
esa inútil realidad no reflejada
fugaz y sumergida
en una esquina del recuerdo

Alunada - Amalio Villa

Inmune
al pálpito del gentío
a las huellas que deja el tiempo
sobre los coches
sobre las nubes.

Ajena
al estrépito de las voces
se agita tan sólo
cuando escucha el crepitar
de sus propios pasos
sobre la piel de la luna.

Al ver por donde huyes... - Manuel Altolaguirre

Al ver por donde huyes
dichoso cambiaría
las sendas interiores de tu alma
por la de alegres campos.
Que si tu fuga fuera
sobre verdes caminos
o sobre las espumas
y te vieran mis ojos,
seguirte yo sabría.
No hacia dentro de ti.
donde te internas,
que al querer perseguirte
me doy contra los muros de tu cuerpo.
No hacia dentro de ti,
porque no estemos:
tú, pálida, escondida;
yo, como ante una puerta
ante tu pecho frío.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Necesidades - Claudia Isabel Lonfat

I

es necesario sepultar las cenizas
abrir los ojos/fluir desde el alba,
nacer; simplemente,
desarrugar cada palabra
para darle sentido
es necesario abandonar
esta pelea silenciosa,
caótica, de los días,
y encontrarme en mi
caminando entre las cosas,
respirar alguna certeza
entre tanta incertidumbre.




II
es necesario darnos tregua
sostener el derrumbe, de soles,
espantar el frío de los ojos
comulgar con el momento
sin proyecciones, amarnos,
más que nada/que todo
vivirnos
dejar de ser estos vértices opuestos
que se desgarran
sin haberse tocado, siquiera,
seres arteriales
perdidos entre pulsiones
asidos a la nada




III
es necesario crear palabras
que le hablen a nuestro mutismo,
cambiar el desenlace
prorrogarnos,
fundarnos
hacernos a nuevo,
dejar el miedo, al fin
dejar de ser esta superficie acuosa
que se derrama
más allá de los espejos y de la piel
ser uno mismo,
y no esta triste imitación
aggiornada
de lo que queremos ser


Tomado del blog: http://www.laperladejanis.blogspot.com/

Amor - Aazam Abidov,

Amor…
Eres puro como un grávido sueño
Eres el cielo cuando alguien vuela y el cielo le revive
Eres el suelo que merece restregar los ojos en él
Tienes miles de cualidades, incluso eres un enemigo.

Cada noche una muchacha llora y llora
Amor, no amaré más, es una pena
La muchacha no puede dejar a un hombre que es casado
La muchacha ama al hombre que tiene un hijo

Amor…
Traducción del uzbeko: Andrea Cote

TAQUETEREPA - Ricardo Giorno

Que me cazaste a pleno vuelo
cuando buscaba a mi alma gemela
me diste de mamar, mostraste tela
y me caí como mamarracho al suelo.

Tus ancas fueron revancha,
de atrás, esos dotes, mi perdición
si hasta el cura me esquivó el perdón
haciéndose el pata ancha.

Pungié, me pegué al escruche
por retener tu cuerpo gentil
si cuento mi desgracia, como viejo senil
es pa’que alguien me escuche.

Cuando piantaste quedé planchado
paso a paso asomo el mate, turulato
por si me engancho a otro fato
pa’una isla desierta me rajo

y pa completarla… a nado.

VI. Relámpago - Antonio J. Cruz

Algo desgarra lo oscuro.

El delirio
es la clave.

Destello en busca
del asombro.

Del libro “Desde el exilio hacia Hiroshima” - 2005

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Parece mentira - Daniel Frini

Y se siguen cargando a nuestros pibes.

Parece mentira, che, que tanto odio
ande rondando nuestras madrugadas,
dejando estrellas en el cielo
donde antes había tanta risa franca.
¿Cómo nos curamos?
¿Cómo sacarnos esta mala entraña?
¿De qué manera el color de la piel,
el dios en que creés, tus ancestros,
tu dinero
determinan si mañana
podrás o no volver a casa?

Parece mentira, che, que la justicia
(pobrecita justicia,
pequeñita)
Se deje violar por tanto hijo de puta
de saco, corbata y bigotito fino,
de uniforme y anteojitos negros,
de placa de bronce en la puerta
de su casa (donde ¡oh, casualidad!
sus hijos no saben de estas cosas,
a la guerra la conocen por jueguitos,
y la calle, la verdadera calle,
está tan lejos como Detroit, Saigón,
Mombasa, el Asentamiento o Haití.
Todo es lo mismo)

Y se siguen cargando nuestros pibes.

Parece mentira, che, que nuestro Dios
(pobrecito Dios,
y tan solito)
Se defienda descalzo y en la escarcha
de diablos en Mercedes,
el último be-eme,
camionetas con tracción
cuatro por cuatro,
Y, para confundirlo más
a nuestro Dios,
(mirá vos qué hipócritas que son)
todos los diablos usan crucifijos.

Y se siguen cargando nuestros pibes.
“Algo habrán hecho”
¡Claro que si!: vivir, sonreir, amar
cantar, besar, leer, trabajar , mirar,
ayudar, rezar, estudiar, servir,
jugar, bailar, volver a sonreir
y además
(y carajo, no debería ser así)
morir.

Digo la mazamorra - Antonio Esteban Agüero

La mazamorra, ¿sabes?, es el pan de los pobres,
la leche de las madres con los senos vacíos,
-yo le beso las manos al Inca Viracocha
porque inventó el Maíz y enseñó su cultivo-.

Sobre una artesa viene para unir la familia,
saludada por viejos, festejada por niños,
allá donde las cabras remontan el silencio
y el hambre es una nube con las alas de trigo.

Todo es hermoso en ella: la mazorca madura,
que desgranan en noches de viento campesino,
el mortero y la moza con trenzas sobre el hombro
que entre los granos mezcla rubores y suspiros.

Si la prefieres perfecta busca un cuenco de barro,
y espésala con leves ademanes prolijos
del mecedor cortado de ramas de la higuera
que en el patio da sombra, benteveos, e higos.

Y agrégale una pizca de ceniza de jume,
la planta que resume los desiertos salinos,
y deja que la llama le trasmita su fuerza
hasta que asuma un tinte levemente ambarino.

Cuando la comes sientes que el Pueblo te acompaña
a lo largo de valles, por recodos de ríos,
entre las grandes rocas, debajo de cardones
que arañan con espinas el cristal del estío.

El Pueblo te acompaña cada vez que la comes,
llega a tu lado, ¿sabes?, se te pone al oído
y te murmura voces que suben a tu sangre
para romper la niebla del mortal egoísmo.

Porque eres uno y todos, comiendo el alimento
de todos, en la fiesta del almuerzo tranquilo;
la Mazamorra dulce que es el pan de los pobres,
y leche de las madres con los senos vacíos.

Cuando la comes sientes que la tierra es tu madre,
más que la anciana triste que espera en el camino
tu regreso del campo, la madre de tu madre,
-su cara es una piedra trabajada por siglos-.

Las ciudades ignoran su gusto americano,
y muchos ya no saben su sabor argentino,
pero ella será siempre lo que fue por el Inca:
nodriza de los pueblos en el páramo andino.

Antonio Esteban Agüero - Obras Completas, 1987

Gardel - Humberto Constantini

Para mí, lo inventamos.
Seguramente fue una tarde de domingo,
con mate,
con recuerdos,
con tristeza,
con bailables bajito, en la radio,
después de los partidos.
Seguramente nos dolía una foto en la pared,
algún no tengo ganas,
algún libro.
Yo creo que andaríamos así,
sonsos de aburrimiento,
solitariando viejos para qués,
sin mujer o sin plata,
y desabridos.
Seguramente nos sentimos de golpe
terriblemente solos,
muy huérfanos, muy niños.
Tal vez tocamos fondo.
Tal vez alguien pensó en el amasijo.
Entonces, qué sé yo,
nos pasó algo rarísimo.
Nos vino como un ángel desde adentro
nos pusimos proféticos,
nos despertamos bíblicos.
Miramos hacia las telarañas del techo
nos dijimos:
"Hagamos pues un Dios a semejanza
de lo que quisimos ser y no pudimos.
Démosle lo mejor,
lo más sueño y más pájaro
de nosotros mismos.
Inventémosle un nombre, una sonrisa,
una voz que perdure por los siglos
un plantarse en el mundo, lindo, fácil
como pasándole ases al destino.”
Y claro, lo deseamos
y vino.
Y nos salió morocho, glorioso, engominado,
eterno como un Dios o como un disco.
Se entreabrieron los cielos de costado
y su voz nos cantaba:
mi Buenos Aires querido
Eran como las seis,
esa hora en que empiezan los bailables
y ya acabaron todos los partidos.

Para ti mi amor - Jaques Prévert

Fui al mercado de pájaros.
y compré pájaros
para ti,
amor mío.
Fui al mercado de flores,
y compré flores
para ti,
amor mío.
Fui al mercado de hierros viejos
y compré cadenas,
pesadas cadenas,
para ti,
amor mío.
Y después fui al mercado de esclavos,
y te busqué,
pero no di contigo,
amor mío.

Balacera - Daniel Salzano

Tomé unos mates de parado en la cocina,
vi como el sol se abalanzaba sobre el mundo.
Miré la hora, eran las siete menos cuarto,
ya me sentía cansado de esperar.
Me fuí poniendo la camisa y el vaquero,
metí el revolver en la caña de la bota.
Prendí una vela a los piés de San Antonio,
santo patrono de los fuera de la ley.

Volé en la moto hasta el bar La Cucaracha
donde en silencio me esperaban los muchachos.
Fernet con Coca y whisky con cigarrillos,
la muerte olía a tabaco y a café.
El golpe estaba más o menos bien planeado,
más de dos meses ultimando los detalles.
Dos de los nuestros apretando a los cajeros
y yo en la calle en un auto de alquiler.

Pero ya saben como ocurren estas cosas,
siempre hay detalles que se escapan del libreto,
algún empleado que se apoya en una alarma,
algún gatillo que se apura por hablar.
El primer tiro me pegó en la mano izquierda,
saqué el revólver de la bota y abrí fuego.
La policía exigió que me rindiera,
estás rodeado, no hay manera de escapar.

Hace diez años, contesté, que estoy rodeado.
Diez años largos que no encuentro ni un trabajo.
De que me sirve estar vivo si estoy muerto,
no necesito ni ponerme un antifáz.
Si me escucharon no me hicieron mucho caso,
en un instante comenzó la balacera.
Yo terminé haciendo sapo en la vereda
después de haber vaciado el cargador.

Esto lo pienso mientras siento que la vida
se me va yendo para el lado de la muerte,
tengo el revólver descargado y en el pecho
un agujero muy difícil de llenar.

Tengo la cara apoyada en el asfalto,
las manos frías y me duele hasta el aliento.
Se que es de día pero siento que es de noche,
a San Antonio se lo voy a preguntar.
No tengo a nadie y no dejo muchas cosas,
solo una moto en el bar La Cucaracha,
cuéntenle todo y desátenle el candado
ella ya sabe en que lugar me va a esperar.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Mejor pez - Hugo Senone

ocaso de las horas
duermo
en la grieta de un rayo
mientras la semana entierra
las olas del tsunami
como increíbles tesoros asesinos

hay una fábula detenida en su peor página

ni el viento alcanza a agitar las hojas
que cubren el cuerpo
de la sirena

somos cardumen varado.


Extraído de Hugo Senone

Insomnio - Macky Corbalán

un tic tac, en la penumbra,
un ladrido lejano,
el sonido de los ojos
que ruedan por la habitación
como canicas hambrientas.

Con autorización de la autora: http://pasajeradearena.blogspot.com/

Era la quietud - Antonio Cruz

VIII

Era la quietud.
Bajo el cielo incendiado
el aire herido de silencio.
Agonizaba el día en los esteros
y la callada melodía
del crepúsculo
era el preludio del naufragio
total,
definitivo,
nuestro.

Poemas de “ASHPA SÚMAJ” (2003)

jueves, 2 de septiembre de 2010

dos líneas - Héctor Ranea

alguien me sueña moscas grises
moscas grises me sueño al crepúsculo
las sueño en el sueño de alguien
sueño las moscas que siguen a mi sueño
el sueño último en el aire sin brisas
sueño de moscas en un cuarto en verano
solo en ocasión de sueño sin sueños

encierro los sueños en ignición
en un bártulo viejo de pordiosero
hurto en los zaguanes la basura
junto los papeles donde otros
se limpiaron la abundancia
para llenar la alforja con sueños
para caminar el resto del camino
con sueños que me sigan
del otro lado de esa senda oscura

los sueños que llevo en la mochila
los sueños que alimento en la basura
los sueños que lamento en la argucia
de ganarle un verano más a mi destino
para seguir hasta el próximo otoño
robado en los pasadizos de las moscas grises
en los sueños de los jardines ausentes

caminando con el paquete de sueños tristes
robados a quienes saben soñar en otros sueños
espero encontrar un buen lugar donde soltar
las moscas grises de los últimos demonios

encontrarme entonces cara a cara
con el otro lado del camino

tomado de: y si de amor se trata (2007)

El gato en España 7 - Rubén della Sera

Tan sólo otras
para qué mentir.
Acurrucados
frente a frente, tres,
cascadas de humedad arenosa.
El cristal translúcido ve al gato
y ve también a dos presas,
borrones de perfume adulterado.
En el vaivén, manchas,
vuelven y suspiran
tornados amarrados
deseos esgrimidos.
Frente a frente, dos,
luego tres,
luego dos,
luego tres,
borrones de vapor enmascarados.
En el vaivén, jadeos,
vuelven y terremoto.
Después nada,
el silencio, la bruma,
la calma tersa.
Y el ahora empañado cristal,
acechante de sombras por sonrisas,
ve al gato que encorva el lomo
no mira atrás
maldice su cobardía
su no luchar por un amor
y que pega un salto
y que vuelve,
solo,
a su tejado caliente
solo

Teoría - Leonardo Longhi

"Por favor, presten atención a cuántas veces en una poesía se encuentra 'como'. 'Como', o 'como si', o 'es como si', éstas son construccion auxiliares, por lo común fugas al vacío".
Gottfried, Benn, 'Problemas de la lírica'

I

como ubicado por capricho
en el centro del relato, capitula, dice:
'aquí se canta el mes
de los primeros fríos', pero habla
solo, desde el centro falso
del relato alza esa voz
escuálida, cree recordar
unos objetos, libros
con versitos, como saboreando
un veneno rememora:
'labor que se centra en la boca',
y segrega nombres, desenrolla
su pequeña euforia, casi a tientas
ríe de sus logros, penas,
cuenta las monedas
que por logros no se cambian, dice:
'ideogramas de la fe', tensa
el arco, escupe: 'unos hombres
y mujeres que creyeron por entonces
ser poetas...'

II

como si fuera otro
lame unos relatos, yertas
lenguas, ¿cantos ejemplares? ¿libros
de la vida?: si los leyeron
confunden ese aire
corrompido con caricias
póstumas, la pericia
de unas manos
destinadas a cerrar los ojos
de los muertos; si los ignoran
son escritos, ellos, mientras
comen, lloran, se contemplan
encorvados (¿'me atrevo
a ese durazno?'), son
comidos.

III

como si soñara otra escena, otra
voz, al hablar
lo disimula: 'en el falso pie
de un instante de descuido
en el que no se muere
sólo por exceso
de tensión', pero pensando
obsesivamente: 'pesadillas
de páginas sobre nada,
estilo', sabe que es
inútil estirar
la cuerda: la casa está
vacía -ni enemigos
ni mujer- y aturdido
en los rincones huele, husmea,
se hace eco de sonidos
femeninos, asimila
éxtasis y olvido, se acaricia
carnes flojas, canta:
'el mar vuelve sus oscuras
páginas', canta encorvado
a la espera de antiguas
plagas, fuegos
que eliminen arcos de tensar la voz,
el sol, lo que se esfuma: '¿pero
esta lengua, muerta
al fin -dirá- es mía, seca
espuma?'

IV

como si supiera eso, que
la falsedad del tono aguza el odio
y da al mal, masacres
tenues, sueña que inventa,
la oscuridad, juega en reposo, pero cada nimio
movimiento lo devuelve al carozo
de la duda: ¿una tarde
de verano resoplaba el maestro,
transpirando insistía
en el fin de toda épica?, ¿o lo soñé,
como al gordo que enjugando
la melaza dice: 'necesito
un pequeño vacío'?; por las dudas
allí lame, aunque sea
por probar la materialidad
de una escena, su
simplicidad absurda: ¿no saber,
no hacer?, es fácil: ahora
que la voz se te ha secado,
podés recuperar el tono, resignarte
alegremente a ser el mismo idiota
de tus versos.

V

y si no hay
relato, no hay centro, ¿hablar
de mí sería igual a descubrir
a mis hermanos las llagas
de esta lengua? ¿y alcanzaría
así, por un instante,
cierta dicha?