sábado, 30 de abril de 2011

Triste historia de Irene con final de gorriones al atardecer - Rubén Vedovaldi

Irene teje y llueve
sus manos viejas
secas de amor se caen otra vez

Irene es el último otoño
-su cara está muerta contra la ventana-

una blanca y callada
tijera de penas
esta tarde ha cortado
el hilo de su respiración

y esa lluvia llama en el cristal
esa lluvia llora de cristal
esa lluvia rota de esperar

suelta gorriones a la puesta del sol

suelta dolores
a la puesta del sol

*(R) De su libro CULTURICIDIO EN ARGENTINIEBLA editado en Rosario, ARGENTINA, año 1991.

1 comentario:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Es muy hermoso este poema.
Saludos.