viernes, 28 de diciembre de 2012

Fin de Siglo - Conrado Yasenza


                                                          a Francisco “Paco” Urondo

Que sea ella la que se incomode
que hable sin mirar su escéptico mortero
que sea también ella
la que disponga de sus sábanas despiadadas
de su rabia suntuosa y delgada
que sufra sin clamores
o descanse sobre su clausura aquerenciada
porque “esta vida que maltrata y consuela”
vive “sufriendo con rabia la esperanza”
vive vagando en cada hogar del mundo
despliega la destreza del implacable aroma
a cobardes en busca del desaliento;
¡cuanta espuma preventiva habita en la resignación!
dan ganas de alzar la garganta frente a todos
para gritar por las lloviznas de aguavivas,
dan ganas de engendrar predicados nuevos y posibles
antes que callar frente a los perezosos
o los descreídos soportables
y los insoportables sostenidos en la postergación
digo
que sea ella la que se incomode
y despierte mareas de furia
y vientos plagados de ocio
de techos ansiosos por impenetrables
de nervios sacudidos por el ombligo y el mundo
que empuja junto a ella
la rueda de esta otra historia
la que llega sin certezas y provista de nuevos minerales
de turgencias tan antiguas


El Autor: Conrado Yasenza

Cuarzo - Juan Disante

El cuarzo no se fractura
en su enhiesto cuerpo fluye el equilibrio
que dona a nuestro sentir
la dureza del ónix me envuelve
el blanco como la gubia
que lo hiere
es granito como noble
es libre como de la tierra
es collar que envuelve tu cuello americano
que urge mi afán de Maya
que turba tu pasión lítica.

Se acumulan
se incrustan sus épocas
como capas
unas sobre otras
la memoria de cada era
se abrazan a sus trasparencias
distintas
universales.

El sol potencia su amatista energía
su lactancia meditante
sus estímulos que alejan del mal
cristal del desbloqueo
vibraciones del presentir topácico
prana universal
que apoya en mi chacra
(dos dedos debajo del corazón)
un instante diario
kristallos del aura
que proyecta en tu sien izquierda
(junto a tus trenzas)
el soplo de lo fecundo.

Ya sé que puede guardar secretos
hialina su luminiscencia astral
magma del hielo duro
pendular de sus culpas.
Lo he descubierto
serán de cuarzo diáfano los tiempos futuros
serán de un instante donde se reúnan todos los tiempos
y tu yo y mi tú tornarán fosilizados
eternos sílices.

El Autor: Juan Disante 

Dolor - Alejandra Leticia Taylor

 Dolor                       Placer
y Sombras                y Luces.
              Péndulo
              Viviente


La Autora: Alejandra Leticia Taylor

Tus pasos - Alejandra Leticia Taylor

Tus pasos escuchan mis latidos. Y el mundo se curva aún más para el encuentro.


La Autora: Alejandra Leticia Taylor

Sé de vos en este instante - Alejandra Leticia Taylor

Sé de vos en este instante
cuando el viento dobla al verme
sentada y desnuda.
Sé de vos, vejez.
    

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Morir es un arte - Claudia Isabel Lonfat


Morir es un arte

Morir es un arte, como cualquier otra cosa. /Yo lo hago excepcionalmente bien. S P

a Sylvia Plath
 

Uno puede cavar su tumba
en la piedra

en el agua

bajo cada palabra

que nos circunda

intentar encontrar la voz perdida

hacer de la muerte un eterno estribillo

roer el hueso de la conciencia

desafiar a dios

Se puede morir mil veces,

a la manera de Sylvia

hacer de cada día un epílogo

Simplemente poner la cabeza

en el horno, abrir las llaves,

procurar que el fluido no escape

Se puede matar al hombre

al infiel

al poeta maldito

que desgarró las heridas

y al padre

que la condenó a vivir bajo su sombra.


Finalmente Sylvia

ha matado a uno, a dos,

a los que bebían de su sangre

Los ha matado

mientras su cabeza yacía en el horno

y los dos vasos de leche

aún no se terminaban de enfriar.


Tomado del blog:
http://laperladejanis.blogspot.com.ar/

Sobre la autora:




Ginebra azul – Esteban Moscarda


Ginebra azul
(por qué escribo ginebra,
Si a mí la ginebra me da asco,
No me gusta, por qué este verso
Se disfraza de otra cosa).
Duendes de amapolas
Entrando por las puertas de marfil
En el universo subalterno
(esa imagen sí es mía, bien mía,
Un universo subalterno, degradado,
La naturaleza y su cuerpo
Afirmándose cada segundo de mi vida,
Ser ínfimo, ser torpe).
Montañas de cristal
Entorpeciendo la carrera
De miles de elefantes
(Idea apilada sobre la matriz
Del barro de este calor que deviene
En este poema sin sentido,
Como la borrachera
De una ginebra azul).


sobre el autor:
http://biosdelosblogsh.blogspot.com.ar/search/label/Esteban%20Moscarda

Al final — Ada Inés Lerner


Descubrir la paz
en cada instante
de libertad

en la espalda de las piedras
solo el fragor del sol

que se escuche en un final
sólo el vago rumor
el volar de las palomas
en los trigales la brisa
del viento entre las olas

y descubrir la paz
en cada instante
de libertad

Sobre la autora:
Ada Inés Lerner

Puente - Ana Caliyuri

Las luciérnagas
como el alma
cruzan la oscuridad
iluminando.


La autora:
Ana Caliyuri

martes, 4 de diciembre de 2012

Homo musicum - Fernando Andrés Puga


Intrigado por silbos que anochecen
se irguió sobre sus pies
y vertical fue en busca de los trinos que anidan en las hojas

Se agitaron las ramas
Y volaron gorjeos
Y los labios del mono imitaron el canto

Y fue hombre

Entre tanta delicia bailó con las estrellas

Torres – Esteban Moscarda & Odeen Rocha

Torres mórbidas
en la niebla
del canto de tu
novela.

Con páginas en blanco
esperando
tus letras.
Te truena los dedos
porque te tardas
pero bien sabe que
algún día
será la Torre más alta
entre la niebla.

Vias muertas – Guillermo Vidal


Los senderos en la cama cubren
las rutas en la piel y se hunden
en la carne. Por los demás, el frío
es la contraparte de mi abrazo.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Suicidio - Ignacio Hernán González Zapata

Cielo gris
río gris
ciudad gris
puedo imaginar mis huesos
del mismo color que este cielo frío.
Soledad desasosiego
yo solía guardar
una pequeña brasa mi corazón
pero mis lágrimas frías
apagaron por fin el rescoldo
que me ayudaba a vivir.

©I.H.G.Z - Derechos Reservados - Propiedad Intelectual de la autor-

Imperceptible - Héctor Ranea

cada cuervo que levanta vuelo del andén
lleva un fragmento de besos de amantes
de caricias y de abrazos que nadie percibe
a este paso los trenes quedarán vacíos languideciendo


Sobre el autor:
Héctor Ranea

Rescate - Ada Lerner


Desconozco el rostro
en mi espejo solitario
no me rescata la noche
los fantasmas y el silencio.


Sobre la autora:
Ada Lerner

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Amor amor - Armando Rosselot


Aún hoy recuerdo tus intestinos esparcidos por el valle
la carne revuelta con el lodo y las piedras
y tu rostro
que jamás volverá a juntarse
ni en la tumba
ni en mi cabeza
ya que te siento fría y monstruosa a mi lado
donde tu aroma se llenó de los hedores del desmembramiento

Te siento en mi mente enferma

por encontrarte ese funesto día así
presentándote en una roída humanidad luego del desastre
como solo una muñeca rota podría estar en el patio de una niña
esa que fuiste en mi despertar
en mi mañana y también en mi noche más solitaria
que empezó al momento de encontrarme
con lo que supone alguna vez fuiste tú y tu voz
y aquel respirar que nunca volverá a jugar con el aire y el viento


El autor: Armando Rosselot

Pero en qué lugar encontrar piedad - Carlos Barbarito


Pero en qué lugar encontrar piedad
para el fruto caído de la rama
en el barro del camino,
para el reloj detenido a la una y cuarto,
para la última reserva de pan
antes de la lluvia de las cenizas;
tal vez no donde pensamos,
no donde nos enseñaron,
quizás en el viento que, indeciso,
agita tanto una hoja como una cortina,
un vestido, una hierba olvidada,
quizás en el único carbón
que no ardió anoche en el hogar.
O en un papel con una cuenta
escrita con tinta dejado sobre la mesa.
Ahora recuerdo que nada abriga,
en la lluvia, a la piedra
y que sólo en el sueño del alquimista
el dragón envuelve a la mujer desnuda;
el que viaja puede caer,
fulminado por el rayo,
el mismo capaz de quemar al árbol
e incendiar los trigales.
¿Y si esa supuesta piedad no existiese
y todo fuera desnudez e intemperie,
un animal solitario y descentrado
aullando en donde siempre anochece?

El Autor: Carlos Barbarito

Beware of darkness/Cuidado con la oscuridad - Conrado Yasenza


Entregarme al vino
como quien se entrega al tenaz sello de la sangre,
a la horizontal soledad del fumadero de opio más antiguo,
el inhallable.
Tal es mi condición de insegura savia,
tal es la señal más visible
de mi condición.
Un gesto impropio será la caricia
que enturbie el día más allá de nuestros cuerpos:
anotaciones que respiran
o exhalan el resuello del dardo sin centro.
Es mi condición un capricho más del ocio
si la palabra es la noche
y su signo
la firmeza de una ciudad vuelta arena
sin disposición de mundo.
La noche
una ciudad en sí misma,
el espacio estéril del concepto,
la ansiada gema de la muerte
en busca de su faro.
La noche o mi condición,
el espejo de marcos olvidados,
el misterio sin pie ni talón,
el corazón descalzo y sucio
junto a la sangre y el vacío convidado.


El Autor: Conrado Yasenza

La única esperanza - Conrado Yasenza


La voluntad nunca es clara
nace de una mañana perdida
y se desliza entre horas que no soportan el tiempo.

Así es la medianera de las pasiones
la angustia que encuentra reposo en un grito
el dolor que trata de calmar su eterno retroceso
el llanto recostado sobre el muslo suave y tibio
de una mujer que respira sin miedo.

El peso del deseo,
la única esperanza en este tiempo de malas noticias
y regiones tan poco atrevidas
tan poco dispuestas
a reincidir en la palpitación de un intento
sin mendigar permisos
para que la vida no se nos escape.


El Autor: Conrado Yasenza

lunes, 26 de noviembre de 2012

el agua – Héctor Ranea

no me nombres el mar
he muerto demasiadas veces
en las olas esmeralda
soy ya una piel difusa que abraza cada ola

La otra vida — Cristian Cano

En las horas que el gato desfila coqueto, quedan las aguadas y los ventanales entreabiertos, las cortinas adentro de cajas y los vasos vacíos. Se va. Maullando, me deja. Siento tu otra vida en las células de tu recuerdo. Te cuento, en mi silencio, el chocar de ecos cenicientos y el fuego del último abrazo. La soledad que engarza los corazones callados.

La playa - Juan Disante

El verano se ha ido con tus cosas a cuesta.

Sólo me queda barrer las arenas
con un paso enlutado
y encontrar las sombras
de tus perdidos clamores,
tu lápiz labial,
una horquilla,
tus preguntas,
el anillo,
tu esencia preferida,
la discusión sobre el desarreglo.

Tu acaracolada huella mutará mi forma.

Sólo me queda
pedirle al mar que no se la lleve
con la última ola,
hasta algún otro cierto
destonado verano.


El autor: Juan Disante


del blog:  www.juandisante.blogspot.com

Desidia - Fernando Andrés Puga

Hoy lo sabré:
Mañana es tarde.
Ayer,
después
y no murieron las brasas en el hogar.

Hilos de fuego,
crujir de historias que se desploman.
Antiguas cartas,
Gruesos cajones desmantelados.

Alivio y culpa
y los segundos
que en mi memoria ya son ceniza.

Mañana supe.
Ayer tendré que apagar el fuego
antes que el hoy
se me vuelva olvido.

jueves, 22 de noviembre de 2012

El ácido interior — Cristian Cano

Sueño tu palabra. Todos tus pliegues vierten esa sola y única palabra: Silencio. Encuentro tu tono. Tiemblo en las armonías, y lloro. Sí, amor. Llorar solo. Mañana será peor, te escuché decir mientras soltabas la cortina. Luego, otra mudez que engarza los corazones callados. Quimérica expresión y de día, te dejo ir. Me dejo ir. Acompaño mudos descensos, un caminar de doloroso ripio. Pequeños pies. Pelito de gorrión. Saltitos de un amor que se va.

Sobre el autor:
http://biosdelosblogsh.blogspot.com.ar/search/label/Cristian%20Cano

A penas - Fernando Andrés Puga

A destajo
A destiempo
A raudales

A como dé lugar
A rienda suelta
A cualquier precio

A caballo
A quemarropa
A carcajadas

A vuelo de pájaro
A cara de perro
A golpes de suerte
A moco tendido
A boca de jarro

A propósito
A pie
A fuego lento

A fuerza de insistir
A sol y a sombra
A diestra y siniestra

A Dios gracias
A los tumbos
A conciencia

A tiempo
A cuentagotas
Al azar
A ras de suelo

A pie firme
A mano abierta

A pesar de todo
A regañadientes
A penas

A duras penas

Sobre el autor: http://biosdelosblogsh.blogspot.com.ar/search/label/Fernando%20Puga

Sin atardeceres ni madrugadas – Guillermo Vidal

Si te revelo el nombre de mi noche,
luego voy a tener que matarte
y para que no me expulsen del infierno,
esconder tu cadáver.
La luz está condenada al cielo.

Sobre el autor:
http://biosdelosblogsh.blogspot.com.ar/search/label/Guillermo%20Vidal

Quisiera- Ana Caliyuri

Quisiera
en la tarde
lánguida
avistar

el halo
de la sombra
añeja.
Un eclipse lleno
soberano
se dilata
en mi pensamiento.
Como cualquier sombra
que machaca
la luz
insepulta
en el pecho.



Sobre la autora:
http://biosdelosblogsh.blogspot.com.ar/search/label/Ana%20Mar%C3%ADa%20Caliyuri

lunes, 12 de noviembre de 2012

Robots – Esteban Moscarda

Pisar las cabezas de los robots,
Como una mariposa electromagnética
Sobrevolando los páramos de la urbe.
Escuchar las letanías que repiten
Como un mantra
De bytes ajenos, downloaded.
No son sus ojos, no son sus palabras.
Ellos son hablados
Por la fábrica que los creó,
Que los ensambló en una cadena fordista,
Toyotista, postcapitalista.
Pisar sus cabezas es como
Navegar el barro
Que fundamenta sus circuitos.

El ácido interior — Cristian Cano

Sueño tu palabra. Todos tus pliegues vierten esa sola y única palabra: 
Silencio. Encuentro tu tono. Tiemblo en las armonías, y lloro. Sí, amor. Llorar solo. Mañana será peor, te escuché decir mientras soltabas la cortina. Luego, otra mudez que engarza los corazones callados. Quimérica expresión y de día, te dejo ir. Me dejo ir. Acompaño mudos descensos, un caminar de doloroso ripio. Pequeños pies. Pelito de gorrión. Saltitos de un amor que se va.

Pueden ser las nubes - Armando Rosselot


Pueden ser las nubes
las que muestren un color diferente
entre el ocaso del día
y el advenimiento de la noche

de la noche de tu mente bifurcada
en disímiles impulsos
de muerte cruel y espantosa

pueden ser tus palabras robadas
las que liberen esas piernas heridas
con el agua fresca de la verdadera risa de los niños

puede ser que me canse y salga a dar un paseo de años
por las calles que nunca vi
por las gentes que nunca existieron más allá de unas nubes lluviosas y un viento gélido
de una tierra muerta que ha sucumbido a esa oscuridad
y que fue derrotada
a pesar de todo

Perpetua – Guillermo Vidal

No secuestro silencios,
 ni caricias,
 Estabas aquí,
 ayer.
¿O fue un sueño que nunca tuve?

Cruzada de niños - Carlos Barbarito



A Marcelo Bordese, por la conversación de la que nació este poema.



Nada varía el viento que hoy sopla
desde un fondo tatuado de gritos
hasta este lugar donde dormimos o creemos estar despiertos.
¿Quiénes gritan si no tienen ya lenguas ni gargantas
y son sólo polvo anónimo
en remotas tierras a orillas de remotos mares?
Son niños. Criaturas con gorros de cuero,
perdidas en la bruma, con espadas de madera, de lata.
¿A qué dios con rostro de cordero
o perro, a qué supuesto paraíso
sin ángel envuelto en llamas a la entrada,
se encomiendan, apretados uno contra otros,
al sol quemante o en la lluvia,
hechos prisioneros en oscuras bodegas,
en barcos que navegan quién sabe hacia dónde,
atados a lomos de caballos que galopan
bajo constelaciones que no reconocen?

El Autor: Carlos Barbarito

Miles Davis – Héctor Ranea


feio
un horizonte un cuerpo en el aire
el aire salobre de una mañana con sangre en el alba
el sueño del cuerpo que se escapa
y el sol que todavía no aparece


santuario
el viento mece la espuma donde camino
el universo en una burbuja
el tiempo en una pálida piel que explota


la danza del faraón
un ojo que me mira desde la mano de alguien
el nilo dorado se curva en mi ansia por nadar
la risa de un faraón que baila sobre el agua


brebaje de las brujas
no tengamos el gato de ojos glaucos
no tiñamos el gato negro de ojos amarillos
el solitario silencio no embruja al que bebe
de tus ojos


clave española
toma el tren para correr con el toro que lo empuja
baja el vidrio de su ventana el aire lo desordena todo
va el tren viene el tren vuela el tren silencio sin tren
el toro murió en una arena él en la otra orilla


voodoo
la ruta la escalera el aire necio que no entra
en los pulmones secos los oídos secos los ojos secos
la música que sujeta el hilo que sujeta el hombre
que quiere ser muñeco la risa que quiere ser costura


El Autor: Héctor Ranea

Miro la fogata y otros dos poemas - Alejandra Leticia Taylor



1
Miro la fogata
               y las curvas azules del espiral
             hacia el Principio.
    Las cenizas resisten el baile...
Todo cae.



2

         Llegas,
desde lo imposible
por ardientes caminos.
        Llegas...
desesperadamente a mí.

3

Sólo miradas  y latidos que luchan.
Al final, la vida se reduce a lo etéreo,
a una gota de miel...
y mi mundo,
       a una luciérnaga en la noche.


La Autora: Alejandra Leticia Taylor

sábado, 3 de noviembre de 2012

Temporal - Fernando Andrés Puga

Hoy se oye tu suspiro
y resuena tan alto
que es desolado manto

el aire de tu espanto

Hoy sí que te has reído
y te has reído tanto
que es cascada de llanto
tu risa en el asfalto

Y te irás por ahí
a burlar otros cielos
A cortar de raíz

la gracia de otros vuelos
y dejarlos al fin
Deshechos en el suelo

¡Viste, que linda tardecita! — Cristian Cano

Domino el universo de mis próximos cinco minutos en la tardecita, entre los ásperos malvones. Sórdidos y rojamente irrefutables acentúan tu recuerdo, en el siempre nuevo alegro de abrir la puerta. Ahí, bajo las austeras insinuaciones del laurel, vivo la otra vida.
La exclusiva existencia dedicada a saber desde dónde viene esa sedienta avispa. Quiebra la luna para orbitar en titánicos trozos al cerrar con llave, y me pongo a prueba. Domino mi diminuta galaxia. La hago girar para donde se me cantan las pelotas. Aunque siempre en tu derredor. Obligadamente en tu cíclico regreso. Ahora sé, que las plantas te extrañan y que la avispa es tu amiga.

Vías De Ausencia - Gladis Lopez Riquert


¿Cómo no recordar aquellos años,
cuando la aventura vivía en el sol
que estallaba en hierros de verano,
y en el frío de julio intentando
detener la fiesta del domingo?

Nuestra niñez caminaba entre los rieles,
sobre ellos hacíamos apuestas:
El primero que cae vuelve saltando,
y no puede tocar ningún durmiente.

Durante toda una semana era nuestra
la vía entera, los pedruscos, la distancia.
Los miércoles, el tren se detenía
en la vieja estación.
Saludábamos de lejos sus chirridos, su vapor,
sus vagones y misterios y noticias.
Y la ilusión: algún día ser pasajero.
Irse. Y volver.
Llegar y verte —niña y mujer, hombre y aún niño—
trepada mano en alto en los alambres.
Y decirte por fin lo que te quiero,
lo que siempre te quise.

Pero primero nos partió el destino
empecinado con su mira en arruinar
los amores niños.
Y vos te escapaste con tu miedo
—fue algún miércoles—,
y yo te despedí con mi entereza,
esa que desde el principio de las cosas
jamás sirvió de nada.

Y poco a poco fui yo sin tu presencia:
ya no caminábamos las vías
ni despertábamos durmientes,
y ya no había ilusión por tu regreso.
¡Ay, si vieras…!
Las trochas se han cubierto de funcionarios yuyos,
de sindical vergüenza.
¡Ay, la dirigencia!
¡Cómo puede un corazón latir sin trenes!
Ninguna apuesta al amor que los convoque
al plácido andén donde soñamos.

Y ahora que la vejez
corre aún más rápido que aquel ruidoso tren
de nuestra infancia,
me atrevo a veces a mirar el campo:
busco algún aviso, algún anuncio que me diga
qué ha sido de tu vida y de mi espera.
¡Y qué será de nuestro pobre pueblo
tan lleno de fantasmas!

martes, 23 de octubre de 2012

teoría de catástrofes – Héctor Ranea

el extraño tren siguió hacia el mar
la locomotora se fundió en un par de olas azules
salpicaron vidrios y valijas
quedaron flotando los ojos de los viajeros sorprendidos

Lluvia de ausencias - Oscar Barrionuevo

otra vez la lluvia y
detrás de ella
tu nombre en cada gota.
tus veinte años,
una ilusión intacta,
una esperanza
y un tejado que vio crecernos en la piel de las siestas
y ya viejo, se ha llenado otra vez de pájaros.
Llueve, amor,
llueve en esta tarde y
el agua golpea en la galería
mojando en el recuerdo de los rostros de entonces.
Hoy ya no veremos los árboles.
Llueve, amor,
y la patria ha vuelto a estar en paz.
Tu corazón lleno de sangre no ha sido en vano.
Llueve en las montañas,
en las calles solitarias
en las huelgas callejeras
y en la soledad de mis ojos
que se han quedado,
para siempre, sin los tuyos.

Del libro: Versos extranjeros
http://poesiasyrelatosdebarrionuevo.blogspot.com

Tiempo muerto - Nanim Rekacz

Dedicado a mi hermano Nani Maida


Me dice
que está matando el tiempo
y me pregunto:

¿será el suyo, desangrado de sueños
en ese suburbio sin salidas?

¿O el de su hembra maltratada,
cansada paridora de tiempitos futuros?

¿O será mi tiempo adolescente que he perdido
en esta madurez sin presupuesto?

Tal vez ese tiempo asesinado
sea anciano,
enfermo...
y le robe a cambio unas monedas...

Matando el tiempo, dice...
y dispara
y dispara
y dispara.

Sirenas policiales,
las manos en la espalda,
las esposas...

El suyo será ahora
un tiempo detenido...


Basural - Fernando Andrés Puga

Llueve
¡Qué novedad!
Brotaré por enésima vez.
Yuyo entre bolsas y ratas
que tu hastío con hambre arrancará de raíz.

Clarea
¿Qué le vamos a hacer?
Me despliego hacia el día.
Flor silvestre entre latas y moscas
que tu escuálido paso decapita sin ver.

No te mueras.
Volveré a crecer.

domingo, 21 de octubre de 2012

Amé su cuerpo entonces - Otto Raúl González


Amé su cuerpo entonces y su alma.
Su piel fue para mí la tierra firme;
la soñé como un sexto continente
no registrado en mapas todavía.
Soñé con la bahía de su boca.
Su pelo era una selva virgen
que abría su misterio mineral y oscuro.
Soñé con las ciudades de sus pechos.
Los ríos de las venas que afloran en su piel
eran rutas abiertas
a la navegación y al gozo.
Se podía viajar en su mirada.
En las blancas llanuras de sus manos
yo cultivé el maíz y buenas relaciones.
Después no pude estar sino en su cercanía.



El juicio original - André Breton & Paul Éluard


No leas.
Mira las figuras blancas que dibujan
los intervalos que separan
a las palabras de muchas líneas de libros,
e inspírate en ellas.
Dale a los demás a guardar tu mano.
No te acuestes sobre las murallas.
Retoma la armadura que te has quitado
a la edad de la razón.
Pon al orden en su lugar,
desarregla las piedras del camino.
Forma tus ojos cerrándolos.
Dale a los sueños que has olvidado,
el valor de lo que no conoces.
No prepares las palabras que gritas.
Róbale el sentido al sonido,
hay tambores velados hasta en las vestiduras claras.
Habla según la locura que te ha seducido.
Lo que encuentras
sólo te pertenece mientras tu mano está tendida.
Hazles la sorpresa de no confundir
el futuro del verbo tener,
con el pasado del verbo ser.
Al que pida ver el interior de tu mano,
muéstrale los planetas no descubiertos en el cielo.
Abstente de lo que tiene la cabeza sobre los hombros.
Regula tu marcha con la de las tormentas.
Mira la flor de la enredadera; no deja oír.

Invctus - William Ernest Henley


Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.


Las cosas que uno no hace - Anónimo


¿Te acordás el día en que te pedí prestado tu auto nuevo y te lo
abollé?
Pensé que me matarías, pero no lo hiciste. .
¿Te acordás cuando te arrastré a la playa, y me advertiste que
llovería y así fue? Creí que me retarías: "Te lo dije".
Pero no lo hiciste.
¿Te acordás cuando me puse a coquetear con todos los pibes
para ponerte celoso y lo logré?
Creí que te irías, pero no lo hiciste.
¿Te acordás cuando volqué la torta de frutilla sobre la alfombra de
tu casa?
Creí que me golpearías, pero no lo hiciste.
¿Te acordás cuando me olvidé de decirte que la fiesta era de
etiqueta y apareciste en jeans?
Pensé que me abandonarías, pero no lo hiciste.
Sí. Hubo muchas cosas que no hiciste.
Sin embargo me soportaste, me amaste, me protegiste. Yo quería
resarcirte por muchas cosas cuando volvieras de Vietnam.'
Pero no lo hiciste.

Citado por Leo Buscaglia en "Living, Loving and Learning", 1982

viernes, 19 de octubre de 2012

Tres poemas - Alejandra Leticia Taylor


1
Vas quemando el aire
como fuego de vela
que quema mi aliento...



2
Dejé mi casa
mis libros,
mis plantas...
Y me extravié en la tarde,
en tu calle...

Crucé a tu vida.




3
Ocres...
En hojas sin recuerdos.
Tu voz pinta lo cercano
por el atajo de la intuición.
Mi viaje lleva tu ausencia

Sobre la autora: Alejandra Leticia Taylor


Alma - Esteban Moscarda


Alma vino corriendo
con pies de éter y alcohol.
Cuerpo derrotado en fango
de realidad rugosa.

Sobre el autor: Esteban Moscarda


Daniel Quintero

Estoy solo esta noche no es de mis dominios y tu fantasma /
como siempre leal/
me apuñala de frente



Uyumi - Fernando Andrés Puga


Sobre este seco mar de sal
un espejismo flota sin esfuerzo

En la apacheta
una última ofrenda
antes de caer en el sol


Sobre el autor: Fernando Puga

sábado, 13 de octubre de 2012

El hombre y el universo– C. J. Severiano

El cosmos es una fiesta sempiterna del big bang
y el hombre yace limitadamente
como un punto en el tiempo.
El Hubble besa mi légamo
como claro de luna y
cuando el sol despierta
acaricia mi piel de Adán y
el universo sigue siendo una fiesta infinita del big bang

Ecce homo - Fernando Andrés Puga

Dime tú
que estás ahí escribiéndome:
¿De qué color pintas mis ojos?
¿Con qué buril se talla mi carácter?
¿Dónde aprender los trucos para andar estas selvas?

Dime tú
que harás de mí un héroe o un villano
si habrá alguien el día de mi muerte
en silencio
mirándome morir sin haber sido
más que dudas de ti
de tu deseo
arrogante de dar vida

Dime tú
que pretendes deshacer tu lado oscuro
inventándote un otro que soy yo
¿A qué viene tanta altanería
si al beber apenas una copa
caes
irremediable
en abismales fríos?

No me creas
Tú que a todos has creado
Y en todos has creído
No me creas
ni me crees

No seré
Prefiero no haber sido

La distancia mínima – Guillermo Vidal

Te veo,
sé que estas ahí,
y la distancia me parte el corazón,
pero menos tal vez fuera morir.
El aire no alcanza para los dos

sábado, 29 de septiembre de 2012

Stars – Esteban Moscarda



Tocar la cara de las estrellas
No las de Hollywood
Las del cielo
Las de anoche.
Meterme en sus bolsillos
Colmados de duendes
Y navegar en barcas de azúcar
A través de sus neuronas
De hidrógeno.
Ingresar en el túnel de gusano
Que conduce a Vega
Con una manzana
En medio de mi pecho
Robótico.
Tocar la cara de las estrellas
Debe ser
Como acariciar los pechos
De Marilyn
En su sueño de pastillas.

Big bang! – Odeen Rocha

¿Y si el big bang fuera la primera
eyaculación de Dios?
Un dios joven

Un dios púber
Que se escondía de sus padres
Dioses mayores
Aburridos de crear vida
Destruir vidas
Un Dios de ocio
Curioso
Que usa el tiempo que se ahorra en obedecer
Para salir de casa
En encerrarse en la tina
En bajarse esos pantalones universales
Sacarse la verga
Observarla
Tocarla
Hablarle suave y mañosamente
Un Dios listo
Un Dios joven
Púber
Y curioso

Un día
Un día perdido en lo oscuro de la nada
De una destrucción reciente
Donde Universo sólo era una tonta palabra
Destruida en capricho de sus padres
A quienes la vida ya les era aburrida
Y con un chasquido la mandaron al carajo
Y se fueron a sentar a su balcón
A mirar el horizonte infinito
De lo absoluto
De la nada
De la vida
Y de la muerte
De su aburrida vida de dioses

El chico
El púber
El ocioso
El que imagina
Qué tanto podría hacer
Con la vida de unos trillones
De seres de carbono
Se mete al baño
Cierra la puerta
Los padres dioses
En el balcón tanto tiempo
Aburridos de su vida
Aburridos de ese hijo
El que se desnuda
Se agita su santa verga
Enhiesta hacia la nada
Hacia el todo
Se agita
Su ritmo acelera
Como si jamás en su eterna existencia
Plagada del ocio por el cual fuera creado
Su cuerpo vibra
Su verga tiembla
Explota
El tibio semen vuela
Se pierde
Brilla en todas partes
En ningún lado
Somos espermas
Semen de un dios bruto
Curioso
Que dejó a sus dioses padres
Mirando al vacío
Y se fue
Y se vino
Y somos de él
Y somos con él
como las estrellas
Un chorro de esperma universal
salpicado en el medio de la negra nada.

Utopía interrumpida – Guillermo Vidal

Despojó las almas dejándolas limpias,
clausuró la tierra que crece maldita
y selló las puertas que rompió Pandora.

Se quedó el silencio,
se quedó vacío.
No hay mundo perfecto.

sábado, 22 de septiembre de 2012

poema en caída – Héctor Ranea


tenías la luz liviana de los ojos enamorados
la sonrisa abierta de la palabra que se espera con ansia
el pecho sonriente la boca repleta de palabras brillantes

eso me dije en el ocaso
soñando con otros imposibles abrazos

y la música está aún tan lejana

El Autor: Héctor Ranea

Onda verbal - Ana Caliyuri


Tras las palabras
el misterio
de un poema
en el agua.
De la imagen
que se aleja
nace
el canto
que se propaga
como la aventura
de una onda
en el filo
del horizonte
acercándonos.


La Autora: Ana Caliyuri

Volver - Fernando Andrés Puga


Las migas huyeron en los picos.
En la lluvia,
los círculos de tiza.

Las huellas ardieron en el aire.
En el miedo,
las cruces de madera.

Los botes encallaron en la orilla.
En la memoria,
los ecos de vos
y yo
a ciegas
tanteando entre cuchillos.



El Autor: Fernando Andrés Puga

Es el frío lo que hoy me habita... - Carlos Barbarito

Es el frío lo que hoy lo habita,
no hay hoy para el frío otra cosa
en el mundo salvo él, ni otra acción
que la que ahora  sobre él ejerce;
en su mano izquierda, abierta, el frío,
en su mano derecha, cerrada, el frío.
¿Cómo se resguarda? ¿Cómo busca calor
cuando se trata de un frío personal,
por ningún invierno producido,
mientras, para los demás, las hojas,
verdes como nunca, se vuelven frutos
y sus bocas los muerden
y los encuentran apetitosos y dulces?
¿Por qué el sol que conforta esta mañana
a los niños que juegan
y a los hombres y las mujeres que se abrazan,
para él deja de irradiar,
se oscurece, se desinfla?



El Autor: Carlos Barbarito

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Yo vi morir la rosa de la fe - Fernando Andrés Puga

No sé
cuál sea
el color de la muerte


Tal vez el de la vida no sea otro
detrás del espejo

Aquí estoy

Pensando en la tormenta que no llega a pesar de los presagios
Conteniendo el aliento por si acaso haya incendios en el atardecer

No sé
cuál sea
el color de la muerte

Lo intuyo cuando cierro los ojos
Aunque muerto quizás mis ojos no se cierren

No te fuiste
No me dejaste solo
No abandonaste este lastimoso manojo de esperanzas marchitas
No arrojaste por la borda el lastre que demora tu vuelo

Me vence el indolente aburrimiento de durar
Se lleva por delante la ilusión
Arena negra
y no radiante horizonte por venir

Bajo la oscura luz que apenas delata los contornos
sólo fantasmas y silencioso miedo

Yo vi morir la rosa de la fe.

Así en la Tierra como en el Cielo - Mauricio Absalón

Tomé el antibiótico y no pude escuchar
el clamor agónico de cien mil bacterias.
¿Supiste del millón de soles en Japón?

¿Más medicina? ¿Estás sano ya?

Era un niño cuando premié a las hormigas;
terrón de azúcar, maná.
Del tamaño de mi padre al castigarlas;
lupa, sol, Sodoma.
Subió a mi mano, una,
insignificancia arrojada al viento.
Desdén de la mano que bosqueja
el éxodo humano en brazos de galaxia
o huracanes que arrastran insectos.

De tu hijo predilecto en expiación
el libro recogió mal la última duda
sé, porque esas cosas se saben,
que en verdad preguntó:
Padre, ¿por qué me hiciste tan pequeño?

Contadme hoy - María Ángeles Maeso

Tened presente el hambre
Miguel Hernández



Yo, Precario Sanz, sucesivamente despedido y contratado con menos derechos cada vez, también he parado, contadme. El rotundo silencio de este amanecer se ha hecho también con el mío, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Subcontratada Sánchez, peonza de todos los caminos de cuya nómina sorben todos los pistoleros, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Itinerante Ruiz, nómada por doce horas subterráneas, electricista o profesor por cuatro, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Temporera Pérez, que concentro en contratos de dos horas la tarea que debe hacerse en ocho, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Autónomo Gutiérrez, dueño único de mi hambre, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Mínima Bermúdez, mínima seiscientas treinta y tres veces, con treinta céntimos, trabajadora agrícola por todo el día, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Subsidiario González, perceptor de una Beneficencia decimonónica de 420 euros, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Becaria Rodríguez, experta en todas las incertidumbres, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Embargado Rupérez, aplastado por una hipoteca, imposibilitado para el descuento de una jornada de huelga, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Simpapeles García, asistenta que no consta en lugar alguno de trabajo, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Parcial Fernández, expulsado de toda protección social, supérstite humano gracias a contribuciones en especie, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Contadme, el sol, que sale para todos, hoy ha hablado más claro, gracias al rotundo silencio de este amanecer, que también se ha hecho con el mío. Contadme hoy, 29 de septiembre de 2010.

Inmersión - Javier López

Anhelo las corrientes sumergidas que me lleven
al otro lado de la otra parte
a ese lugar donde no exista más
el recuerdo de tu ausencia
donde no surja esa necesidad
de revivir lo que murió
e ingenuamente pretendo despertar
como si acaso fuera fácil
decir ya la palabra mágica
Quizá pueda renacer (al otro lado)
es posible
pero tendré que hacerlo
con la memoria
vacía

de ti

lunes, 17 de septiembre de 2012

Aridandantemente - Oliverio Girondo


Sigo
solo me sigo
y en otro absorto otro beodo lodo baldío
por neuroyertos rumbos horas opio desfondes
me persigo
junto a tan tantas otras bellas concas corolas erolocas
entre fugaces muertes sin memoria
y a tantos otros otros grasos ceros costrudos que me opan
mientras sigo y me sigo
y me recontrasigo
de un extremo a otro estero
aridandantemente
sin estar ya conmigo ni ser un otro otro.

No puedo quejarme - Francisco "Paco" Urondo


Estoy con pocos amigos y los que hay
suelen estar lejos y me ha quedado
un regusto que tengo al alcance de la mano
como un arma de fuego. La usaré para nobles
empresas: derrotar al enemigo– salud
y suerte–, hablar humildemente
de estas posibilidades amenazantes.

Espero que el rencor no intercepte
el perdón, el aire
lejano de los afectos que preciso: que el rigor
no se convierta en el vidrio de los muertos; tengo
curiosidad por saber qué cosas dirán de mí; después
de mi muerte; cuáles serán tus versiones del amor, de estas
afinidades tan desencontradas,
porque mis amigos suelen ser como las señales
de mi vida, una suerte trágica, dándome
todo lo que no está. Prematuramente, con un pie
en cada labio de esta grieta que se abre
a los pies de mi gloria: saludo a todos, me tapo
la nariz y me dejo tragar por el abismo.

Tomado de "Poemas póstumos"

Chicas solas - Omar Hefling


Las chicas solas
Desenfrenadas
ríen de nada
las chicas solas
no bailan solas
a veces bailan con un gordito
a veces bailan con un enano
las chicas solas
son amigas del barman
se parecen a la Demis
a la Cindy y todas esperan a Bruce
que nunca llega
las chicas solas
jamás te engañan
no es tu brazo el que sueñan
rodee sus espaldas
las chicas solas
altas divertidas
relámpagos quietos
en las madrugadas
animalitos hambrientos
de sueños imposibles
las chicas solas
acaban en la
cama
acariciando la billetera
de algún tipo parecido a Dany Devito
las chicas solas
cuando la
noche comienza
frente al espejo alzan sus alas.


La desatada - Horacio Ferrer


A Dedé Wolf

Vio a las rosas sin corpiño en primavera.
Vio a la luz y vio a la leche derramadas.
Vio gozar a su ventana destrancada
y a la mar desabrocharse sus riberas.

Y de pronto, a cuatro manos se desata
toda entera, piel, presagios, blusa y pelo,
se descose el vientre, el alma y los recuerdos,
meta y meta desatar, desaforada.

Se desata, se desata.

Se desata la razón y los bluyines,
desanuda, corta y muerde sus amarras,
ay, loquita, que un domingo de mañana,
revoleando por el aire sus raíces,

va a vivir con todo suelto y cuando acaba
de gritar: “Me desaté, soy libre ¡libre!”,
con la última atadura desatada,
la degüella una maraña de piolines.

Se desata, se desata,
y su pobre libertad la mata.

martes, 11 de septiembre de 2012

La música es mi biografía - Sarko Medina Hinojosa

La música es mi biografía
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
Provengo de un lugar
Entre el sonido de una trompeta
La voz de una sirena
El resoplido del viento
De los pies que zapatean
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
La música define mi alma
Porque de donde vengo
El cielo es inmenso para acariciarte
Las planicies no existen
Solo montañas y valles
Los ecos hablan de tus amores
Las plantas se adormecen cuando susurras
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
La música me hace feliz
Con la sencillez de quién descubre el atardecer
La mística de tus ojos al mirarme
Sin palabras que destruyan esta confesión
Canciones que alegran el pecho
Poemas que adornan tus besos
Sentimientos conjugados en un vaso extrañado de vino
La magia de descubrirnos juntos en un solo de guitarra
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
Y que te diría si no es ¡canta!, ¡baila!, estremécete conmigo
Sueña, llora, adormécete en el sentimiento
Construye, aleja, supera los tormentos sin sentido
Vive y vive y vive sin fronteras
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
Y podría conocerte si me dejarás cantarte una canción.

Mis poemas – Esteban Moscarda


Mis poemas son una cagada.
Pobrecitos:
Intentan justificar mi cuerpo vagabundo,
Mi alma de bote con agujeros,

Mi voluntad de playa terminal
Llena de basura.
No los culpo:
Son inocentes,
Pero han construido una cárcel
Gris
Para detenerlos.
Y ellos son
Pero su ser
Es una cagada
Al filo de un vacío
Cierto.

Un Haiku - Juan Disante


Aquella vez
había dejado la bicicleta apoyada sobre el muro
para ofrendarle un recuerdo a mi abuela.
Al regreso sólo estaba su sombra
y sobre la pared descascarada
escrito un haiku
que hablaba sobre mi futuro.
.
Esta vez
cincuenta y tres años después
la sombra de mi bicicleta sigue allí
y sobre la pared descascarada
un nuevo haiku
habla sobre mi pasado
y habla sobre mi nieta.
El autor: Juan Disante
Con autorización del autor. Del blog:

www.juandisante.blogspot.com  

Si me muero – Odeen Rocha

Si me muero
¡despiértenme!
Si me muero
¡traigan palas y caven en mi tumba!
Si me muero
¡destruyan todo rastro de la muerte!
Si me muero
¡No recen ni bajen la cabeza!
Si me muero
¡levanten las manos y griten sin cesar!
Cuando muera
¡llévenme con ustedes a surfear el fin del mundo!

domingo, 9 de septiembre de 2012

Te extraño – Cristian Cano


No serás vos, el gorrioncito que me viene a ver.

Encendida - Mario César Lamique



Te observo encendida



limpia y borra
la aureola dejada por vaso en mesa
la huella que hace implosión en la arena
la hueca
sonora y acústica
sonrisa que como emblema y bastión se muestra.

Encendida arrojada
infringiendo luz
dentro de las oscuridades remotas que la tristeza
aporta ,simplemente para llamar la atención
para hacerse presente
para que nunca te olvides que ella está,
tan agazapada
tan atenta tan
encendida como vos.

“He emprendido una viaje,
he partido, en dos ,
escalando la muralla de
humo ...” - con voz anónima diste
a entender ,después
cortaste el teléfono .

No sabìas llorar pero,
Aprendiste rápido y
Lágrimas esporádicas huían de tu interior;
de
tus manos caían, autistas, pétalos que
deshojados querían mucho
querían poco
ya no me podian querer...

y
en
tu
boca
dormía , inquieta/encendida ,
la palabra que habría necesitado para terminar este poema …

Paz – Ana Caliyuri


¿Está muerta?
O tal vez…
¡ Está dormida!
Oh dulce niño


despierta
la sombría visión
de un cadáver
que juega
con las esperanzas.
Las cenizas
de la guerra
no se extinguen
ni aún en la desnudez
de las apariencias.
¡Despierta
la Paz
niño!
Mas, mientras juegas
dime ciertamente:
Ella
¿está dormida
o está muerta?

No disparen a los muertos – Guillermo Vidal

No escuchan,
se quedaran allí ignorando el frío,
y no aprecian la condición del naufrago.
¿Solo yo sé que las cosas muertas

duermen donde nadie puede despertarlas?
Sé, digo, no creo.
Es inútil intentar levantar el Titanic de su tumba
y que vuelva a navegar con su gloria perdida.
Nadie va a devolvernos más que los huesos,
incluso del día que terminó ayer.
Es imperativo buscar la costa,
alguna señal de un puerto,
mientras quede tiempo.
Pero nadie escucha en el bote de los náufragos.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

la luz - Héctor Ranea


estoy en la luz
que reflejan las alas azules
de los cuervos

soy vidente en la esfera
de tus párpados

poder mirar
en la luz es
un impedimento para ver


mis ojos me engañan
empañan el azul del plumaje
todo se hace más difícil
con el ruido
que tapa el grito acumulado
en tus ojos

la voz que deja
el sonido de la luz
al pasar por mi cuerpo

estoy en la luz
en lo demás
todavía no existo
como para ser
la luz del día