martes, 14 de agosto de 2012

Perfume de Sabato por la mañana – Guillermo Vidal

Velamos un cadáver que no necesita
de nuestra custodia.
Estamos aquí por nuestra cuenta
temerosos de abrir un hueco en la tierra
para enterrar el pasado
y dejar que crezcan el pasto y los árboles.
No es lo que esperábamos,
lo entiendo,
pero así son las estaciones
dejan atrás sin nostalgia
las mejores cosechas
y el cobijo.
Todo, por una promesa incierta
más feroz y real que todas las perdidas.

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